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Sabemos que en la escuela transcurren los mejores años de nuestra vida; es allí donde hacemos a nuestros mejores amigos y donde se nos abre el maravilloso universo del conocimiento. Todos recordamos con gran alegría esta etapa de la vida.

Por esto es que, para un Hermano del sagrado Corazón la escuela es el lugar privilegiado en el que realiza su misión: difundir el Amor. Hacemos de la educación nuestra mejor excusa para llenar de sentido la vida de los niños y de los jóvenes.

"

Nuestra vida apostólica

dimana de un movimiento de caridad

hacia Dios y hacia los hombres.

Como miembros de un instituto

dedicado a la educación cristiana,

especialmente la de los niños y jóvenes,

tenemos la específica responsabilidad

de dar a la persona humana

una formación integral

con vistas a su destino eterno.

Participamos en esta misión

a través de cualquier función

que nos asigne la obediencia. (RdV 149)

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