Somos una comunidad de hombres sencillos que hemos decidido consagrar nuestra vida a Jesús. Ponemos nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y la vida misma al servicio de nuestros hermanos, los hombres, especialmente de los predilectos del Señor, los niños y los jóvenes.
La escuela es para nosotros el lugar privilegiado en el que realizamos nuestra misión de ser hermanos y de esta manera llevar el amor de Dios a todas las personas.
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Siguiendo al fundador,
el Hermano Policarpo, el Hermano Javier
y demás antepasados nuestros
caminaron por las sendas
de la mansedumbre y humildad.
Se santificaron haciendo realidad
el Ametur Cor Jesu,
nuestra divisa y común esperanza.
Hicieron de la caridad el todo de su vida,
la inspiración de su actividad
apostólica y misionera. (RdV 12)
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